Investigadores del CSP ARC han utilizado una tecnología original de control biológico, han revelado que el diclofenaco, un componente de analgésicos muy extendido, al llegar junto con los residuos humanos a los embalses, puede provocar enfermedades gastrointestinales en sus habitantes. La sustancia puede acumularse en el agua (especialmente en el periodo de otoño-invierno de baja actividad solar) y en altas concentraciones suponer una amenaza no sólo para la salud de los organismos que viven en el agua, sino también, posiblemente, para las personas que utilizan esas zonas acuáticas. Se ha publicado un artículo científico en la revista profesional Chemosphere (cuartil Q1) (https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0045653520323250?via%3Dihub).
El diclofenaco es uno de los principales componentes de muchos analgésicos. Después de su uso, llega al suelo y a los cursos de agua junto con los residuos y las aguas residuales y se acumula en ellos. Al mismo tiempo, las consecuencias de estos procesos para la naturaleza y el hombre aún no están del todo claras.
"Para establecer rápidamente los efectos negativos del diclofenaco en los organismos vivos, hemos utilizado en nuestros experimentos, junto con especialistas de la Universidad Politécnica de Harbin (RPC), altas concentraciones de diclofenaco, unas 10.000 veces más que las observadas en las aguas cercanas a las mayores megaciudades del mundo, como San Petersburgo", explica Sergey Kolkari. Petersburgo", afirma Sergey Kholodkevich, investigador jefe del Laboratorio de Métodos Bioelectrónicos de Vigilancia Geoecológica CICSE ARC – CSP ARC.
Los experimentos se realizaron en un tanque con soluciones de diclofenaco de la concentración requerida, donde se colocaron cangrejos de río rojos de California (que abundan en los ríos y lagos de China, y se exportan a todo el mundo). El estado funcional de los cangrejos de río se evaluó mediante la tecnología original de bioindicación desarrollada por los investigadores del CSP ARC (para el hipervínculo: https://spcras.ru/news/detail_news.php?ID_NEWS=480927) (basada en indicadores fisiológicos de su cardioactividad), así como mediante biomarcadores bioquímicos de estrés oxidativo del seguimiento lógico. Además, se prestó mucha atención al estudio de los signos vitales de la microbiota que vive en el sistema digestivo del cangrejo de río.
"Resultó que, a la concentración utilizada, el diclofenaco interfiere con la microflora intestinal del cangrejo de río. Esto provoca problemas en el tracto digestivo. Como resultado, los sistemas vitales de los cangrejos de río se desequilibran, lo que provoca la muerte de los animales. Hemos registrado los signos de estrés oxidativo, que minaron el organismo a nivel celular", explica Sergey Kholodkevich.
En el futuro, los científicos quieren averiguar a qué concentraciones mínimas de diclofenaco comienzan los problemas de salud en los organismos vivos que habitan en las masas de agua. Estos estudios se planifican conjuntamente con científicos de la Universidad Politécnica de Harbin (China).
En la actualidad, la tecnología de control biológico, desarrollada en el CSP ARCS, se utiliza para proteger la salud pública en todas las tomas de agua de San Petersburgo. Los cangrejos de río que viven en el noroeste de Rusia actúan como bioindicadores en estos sistemas.